/

Zambrano y Cervantes al alba

Apuntes sobre el goce, el deseo, el amor y el humor

27 minutos de lectura

A la memoria de mi querido maestro, aliado y amigo del alma: Miguel Marinas 

I. María Zambrano, los místicos y uno de los modos del goce (gozo*) en Lacan

María Zambrano parte de una escisión en la Filosofía: Por un lado los filósofos que usan la razón para iluminarse descartando la pasión, y, por el otro los poetas que son fieles al éxtasis, al embelesamiento y la sorpresa de los acontecimientos más allá del concepto puro.  

La filósofa española al filo de ese dilema entre pensamiento y arrobamiento, propone articular la poesía  al discurrir y surge la filosofía poética. Para ella, el pensamiento no es sin el gozo (goce) de la pasión que resuena en el cuerpo. No piensa la poesía sino que piensa con la poesía; su escritura misma es poética.

María Zambrano

“El filósofo quiere lo uno, porque lo quiere todo, hemos dicho. Y el poeta no quiere propiamente todo, porque teme que en este todo no esté en efecto cada una de las cosas y sus matices(…) La cosa del poeta no es jamás la cosa conceptual del pensamiento, sino la cosa(…) fantasmagórica y soñada, la inventada, la que hubo y la que no habrá jamás. Quiere la realidad, pero la realidad poética no es sólo la que hay, la que es; (…) el poeta saca de la humillación del no ser a lo que en él gime(…)”

Filosofía y Poesía

Esto que “gime” en el poeta aloja una verdad que no es del saber del culto o del erudito, ni tampoco el saber que nosotros llamamos “del amo”, es decir, el que pretende que todo marche bien.  Se trata de una experiencia de un saber sin saber sobre el que avanzaron antes Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Este último más claramente en sus coplas: ”un saber no sabiendo, toda ciencia trascendiendo”.

Este saber no sabiendo

es de tan alto poder,

que los sabios arguyendo

jamás le pueden vencer; 

que no llega su saber 

a no entender entendiendo 

toda ciencia trascendiendo

San Juan de la Cruz

Ambos anteceden a María Zambrano al situar lo poético como otro modo del conocer. Los místicos inauguraron una manera divergente de oración y meditación que incluía una relación con dios llena de emotividad y amor, de arrebato del cuerpo y de la pasión que ilumina no la razón pues está permanece oscura y anochecida; sino el enigma sobre la presente ausencia de la divinidad. 

En el Cantar del Alma:

El corriente que nace desta fuente

bien sé que es tan capaz y tan potente,

aunque es de noche.

(…)

Aquesta viva fuente que deseo

en este pan de vida yo la veo,

aunque es de noche.

San Juan de la Cruz

Por su parte Santa Teresa da testimonio de su no entender esos arrobamientos de su alma en el amor con Dios:

“Otra manera de arrobamientos hay, o vuelo del espíritu le llamo yo  -que aunque todo es uno en la sustancia, en el interior se siente muy diferente-, porque muy de presto algunas veces se siente un movimiento tan acelerado del alma, que parece es arrebatado el espíritu con velocidad que pone  harto temor, en especial a los principios (…) ¿Pensáis que es poca turbación estar una persona muy en su sentido y verse arrebatar el alma (y aun algunos hemos leído que el cuerpo con ella) sin saber adónde va, u a qué, y quién la lleva, u cómo?; que al principio de este momentáneo movimiento no hay tanta certidumbre de que es Dios.” 

Cap. V,1, Moradas del Castillo Interior

María Zambrano es fundadora de la filosofía poética, así como los místicos nombrados fundaron campos simbólicos nuevos en la religión. Sin saber lo que les pasaba en esos arrobamientos, avanzaron en la búsqueda apalabrada y cantada de la verdad del alma frente a dios. 

En el lenguaje del lacanismo se ha transmitido la definición del inconsciente como  un saber que no se sabe.  Fórmula que muestra la división del sujeto freudiano: ese que repite y sufre, sin saber lo que repite y sufre. No lo sabe, no por falta de inteligencia sino porque el inconsciente es el discurso del Otro resonando en quien habla. Lacan junto con Nicolás de Cusa dirá que se trata de la “ignorancia docta”; esa que surge en el diván con la pregunta ¿qué es ese significante del Otro que hay en mi? S( A/), ó, ¿qué quiere el Otro de mi? 

A la altura del seminario XIV Lacan apunta al cuerpo como el lugar de la marca del Otro: “El cuerpo mismo es ese lugar donde originalmente se inscribe la marca en tanto que significante” (31 mayo del 67)

La articulación filosofía-poesía-mística, nos remite a los psicoanalistas al lugar del Otro en el cuerpo que se escribe como goce. 

“El éxtasis de Santa Teresa” Gian Lorenzo Bernini

Lacan en el seminario XX acude a los mismos místicos que Zambrano para criticar el pensamiento que se cree puro. De modo cercano a la filósofa, el psicoanalista apunta al goce del hablante que se enlaza con la ausencia de saber. Con respecto a San Juan de la Cruz dirá que está del lado del no-todo, mientras que de Santa Teresa aborda las revelaciones gozosas: “…basta ir a Roma y ver la estatua de Bernini para comprender de inmediato que ella goza, sin lugar a dudas. ¿Y con qué goza? Está claro que el testimonio esencial de los místicos es justamente decir que lo sienten, pero que no saben nada”. (20 de febrero del 73)  

Más adelante en el mismo seminario afirmará la separación entre el inconsciente y el ser pensante: “El inconsciente no es que el ser piense (…) el inconsciente es que el ser, hablando, goce…” (8 de mayo del 73).

La división entre pensamiento y poesía es afín a la escisión entre el saber y el goce en términos lacanianos.

Propongo que el goce produce un resquebrajamiento en el sentido y un plus en el acto poético entre el deseo, el amor y el humor.

II María Zambrano sobre Cervantes: del fracaso y del alba. 

…la poesía está ahí, de pie frente a la muerte 

Juan Gelman

En 1988 María Zambrano recibe en España el premio Miguel de Cervantes. No puede acudir y en su nombre la actriz Berta Riaza lee un discurso que merece nuestra atención pues en dicho discurso expone distintas formas de lo que podemos llamar “la incompletitud del sujeto”. Hilvanando vida y obra de Cervantes, Zambrano nos lleva al despojo de su vida, a su estar en constante falta y sufrimiento. Se trata también de la revelación del saber deficitario del Otro para Cervantes quien puede responder escribiendo sobre el delirio, más no delirando. 

Zambrano inicia el discurso rememorando su propio exilio; hablando del fracaso político que significó la guerra. Recuerda el dolor de ver caer la ciudad de Madrid el 28 de marzo de 1939. Ella fue desde entonces una desterrada (dice). Pero como otros exiliados, se encontró devuelta al recinto de la lengua en México. Siendo profesora en Morelia, sintiéndose abatida por la pérdida de la República, decide hablar a sus alumnos del nacimiento de la libertad en Grecia ¿Qué otra cosa podía hacer sino apostar de nuevo por la palabra -y por esa palabra justamente-? Es el modo que tiene de renacer asumiendo el melancólico, resignado y esperanzado fracaso según su testimonio. 

Zambrano insiste en que la fuerza del renacer está en tomar la palabra. Esta renovación acontece para ella cada vez que alguien se pone en marcha frente a la injusticia. Toma como imagen de la acción la hora del alba, porque así fue como el Quijote de la Mancha en el comienzo de la novela cervantina marca su andar y sale de su ensimismamiento a “deshacer agravios, enderezar tuertos y enmendar abusos y sinrazones”:

Manuel Vargas

El alba sería cuando don Quijote salió de la venta, tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo

Don Quijote de la Mancha (Cap. IV)

El alba es la hora indecisa: hay luz y no hay luz. La luz está al filo de desbordarse o de retirarse.

Es en esa incerteza donde alguno podría elegir desiderarse o quedarse estupefacto; afirmarse en su palabra ó negarla. “Al alba se pone en camino el hombre” dice la filósofa y nosotros los psicoanalistas decimos que es en ese filo del alba, donde puede ponerse en camino el deseo. Por ejemplo cuando la angustia es tomada como el umbral de un acto, cuando se ha de pasar del sufrimiento (de lo que está en souffrance) al actuar. 

Al alba y andando por las palabras se logra decir en el diván un acontecimiento reprimido, olvidado o no dignificado en su momento ni si quiera por la angustia. 

Lacan propone el amanecer como la imagen poética del inconsciente: “La mejor imagen para resumir el inconsciente es Baltimore al amanecer”. El alba o el amanecer se relacionan con el despertar del sujeto. El alba, la oración, la vigilia, constituyen modos de entrada al Otro (coartadas de la relación con el Otro). En “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” Lacan recuerda el texto de Nietzsche “antes del nacimiento del sol” citado por Freud en el caso Schreber donde el sol es un personaje del delirio: le habla, le hace la vida difícil o palidece ante él. 

El alba como el tiempo que pone en marcha a don Quijote, es para nosotros, el tiempo previo al nacimiento del sol, el de la posible inscripción creativa en el Otro. Incluirse en la escena y la acción del mundo que acontece, a veces, tras un duelo. 

Frente al fracaso, andar al alba. Frente al abatimiento ir al encuentro del inconsciente. 

III. Cervantes, el pase de escritor y la mujer que no existe

Cervantes era más versado en desdichas que en versos.

Cervantes en el Quijote

El autor del Quijote de la Mancha era propiamente una figura de la manquedad. Fue precisamente apodado “el manco” por la mano herida en la batalla de Lepanto. 

Sabemos que sufrió, que fue acusado, encarcelado, desterrado, secuestrado, golpeado, divorciado, excomulgado, empobrecido y sin buenos amores. Aunque era osado, solidario y valiente, fracasaba en todo. Trató de escribir poesía y teatro pero no tuvo éxito y nunca fue muy querido ni reconocido en el ámbito de los escritores. 

Citamos al Quijote para decir que el escritor andaba: aporreado, hambriento, sediento, miserable, roto y piojoso. 

María Zambrano llama a Cervantes “un errante”, “un perdedizo” (modos en que San Juan de la Cruz nombra al alma en búsqueda de dios). Pero apunta que Cervantes, de tanto insistir en su errancia, un buen día encontró un modo de acertar a través de ese sin rumbo. 

Cervantes redactó el Quijote en la vejez (sic) y en la cárcel. Si la vida había dado tantos palos, la respuesta posible era la melancolía o la locura. Sin embargo, escribir fue el camino de la resistencia creativa del deseo.   

La filosofa propone que el centro de gravedad del Quijote es el amor por una mujer que no existe. Más puntualmente: Sobre la inexistencia del amor en la forma de una mujer inexistente: Aldonza Lorenzo (a su vez: Dulcinea).

Odilon Redon

Es ese amor loco lo que le permite acceder a un cacho de verdad y hacer el pase de escritor. La escritura del Quijote lo lleva a lo que ella llama el pase de una vida degradada en una serie de hechos, al acontecimiento de lo real.

En una escena descrita por ella en modo místico nos propone imaginar el momento donde Miguel de Cervantes cuenta su vida a través de ese personaje delirante y desposeído de todo: golpeado repetidamente y burlado, pero, como apunta Miguel Marinas en “Los nombres del Quijote”, empeñado en pasar a la dignidad del acontecimiento de nombrarse a partir de sus actos. 

Ahí, escribiendo, dice Zambrano, Cervantes puede beberse su amargura, desprenderse de su corazón para luego recuperarlo como mediador de las entrañas. Es decir que al escribir se involucra al cuerpo. 

Es inevitable hacer el enlace entre la invención de la inexistente Aldonza-Dulcinea con la frase de Lacan “la mujer no existe” pero me parece que es más clara la articulación con la propuesta lacaniana sobre la tradición del amor cortés. Ahí la dama sólo se toca con las letras del trovador elevándola a la dignidad de La cosa. En el caso del Quijote todas las acciones tienen como centro de gravedad a la señora a la que él mismo pone nombre e imagen. Sin ella ninguna aventura ni justicia anhelada tendría sentido para el caballero, ella existe como el vacío central del relato. Jamás aparece y sin embargo está siempre presente. 

La filosofa para convencernos de esa presencia de esa mujer inexistente, insiste en que no era una imagen dice: “ni una imagen ni un hechizo, pues hubiera sido el mayor peligro casi a la vejez, hechizarse- era una realidad tangible” que lo despertó. 

IV. El humor y la castración del Otro

La verdad se le había negado a Cervantes y lo que escribió fue la inexistencia de la verdad, es decir “la verdadera historia de la verdad”

María Zambrano

Una cuestión que no aparece en el discurso de María Zambrano es lo cómico. El Quijote se separa de los místicos y del amor cortés en ese punto. En la novela no vemos el júbilo sublime del poeta de los siglos XII y XIII, ni mucho menos el éxtasis, sino que encontramos una  celebración ingenua y cómica del amor en el final de la vida. Y es esa genialidad del humor la que logra que triunfe el principio del placer sobre el dolor.

…el humor es un recurso para ganar el placer a pesar de los afectos penosos que lo estorban (…) la persona afectada por el daño, el dolor, etc., podría ganar un placer humorístico (…) 

El ahorro de compasión es una de las fuentes más comunes del placer humoristico (…)

Sigmund Freud

Para inventar y reírse escribiendo lo que no existe, primero se avanza en la posibilidad de que el Otro no lo contiene todo, no lo sabe todo y por lo tanto se le puede burlar. Nada de melancolías.

Según algunos de sus biógrafos Cervantes no era un resentido y se nota puntualmente en El Quijote que es una obra con ironía fina y tosca a la vez. 

“Sólo quien, desde el dolor, ha escrito con verdadero goce puede dar a sus lectores un gozo semejante. Cómico es el rostro de la tragedia cuando se mira a sí misma”.

Juan Gelman

El humor, en su relación con lo inconsciente, atraviesa el ideal desmontando posiciones subjetivas congeladas. El humor hace tambalear el sometimiento y pone en suspenso el sentido. Son formas del amanecer del sujeto frente al Otro, intentos de recuperar algo del goce perdido, presentaciones de la verdad. 

Si el Otro estuviese completo sería imposible creación alguna. En el Quijote hay una capacidad enorme de “meterle goles” al Otro, no sólo a través del humor, que como bien señala Freud se presenta sobre todo al principio de la novela, sino con los pliegues de mundos metidos en distintos mundos, personajes que se leen a si mismos adentro de otros libros, transformación y cambio de lugares entre el Quijote y Sancho Panza. Hay además el juego constante entre la locura y la cordura, aparecen las mentiras que salvan la verdad y la  relación entre la caballero y el clown, entre el gordo y el flaco, etc.  

……

El premio Cervantes le permite a Zambrano contarnos que ella, casi al final de su vida, todavía anda perdidiza, enamoradiza, buscando una palabra quizás inexistente; transmitirnos también que la han salvado todas las palabras que ha escrito, tal como a Cervantes, a San Juan de la Cruz y a Santa Teresa. 

Algunos analistas y amigos del psicoanálisis, sin ser especialistas, nos hemos puesto atentos al texto zambranista pues andamos también en esa búsqueda del pasaje del sufrimiento excesivo al encuentro con una verdad dirigida al deseo donde el sujeto puede re-surgir cada vez que se pone a andar al alba en el cruce del amor y el humor como un modo de escritura del goce en el cuerpo.

En palabras de Miguel Marinas: “Para que el sujeto advenga, Zambrano nos enseña, tanto a quien piensa filosóficamente como a quien analiza, que la fragilidad del sujeto es la condición fundamental del vivir con lucidez: más allá de los sujetos, circula el acontecimiento, es decir lo real”.

……………………………………………………………………………………………………………………………………………

*Miguel Marinas junto con Ignacio Gárate propusieron traducir “jouissance” por “gozo”. En el presente texto utilizo “goce” pensando que el término se ha difundido de ese modo en castellano y forma parte ya del campo lacaniano. Dejo aquí una cita del libro “Lacan en Español” donde se sitúa la diferencia entre gozo y goce para los autores mencionados:

“…la diferencia que hay entre gozo y goce (…) Nada de lo que me place me harta o satisface; porque no hay transfiguración que me colme: la cuestión del gozo se mantiene siempre como relación con lo imposible”

Gárate y Marinas

Bibliografía y enlaces

De Cervantes, Miguel: “Don Quijote de la Mancha”, Cátedra, Madrid, 2019.

Freud, Sigmund, “El chiste y su relación con lo inconsciente” OC, VII, Amorrortu, Bs As, 1997.

Gárate, Ignacio; Marinas, Miguel: “Lacan en Español. Brevario de Lectura”, Biblioteca nueva, España, 2010

Marinas, Miguel: “Los nombres del Quijote. Una alegoría de la ética moderna”, Distriforma, Madrid, 2005.

Lacan, Jacques, El seminario XIV “La lógica del Fantasma”, inédito

El seminario XVII, “El Reverso del Psicoanálisis”, Paidós, Buenos Aires, 2008.

El seminario XX, “Aún”, Paidós, Buenos Aires, 2006. 

San Juan de la Cruz: Cántico Espiritual. Lumen, España, 2021

Santa Teresa de Ávila: Poesía y Pensamiento (Antología), Alianza, Madrid, 2015

Zambrano, María. “Filosofía y Poesía”. FCE, México, 1993

Discurso María Zambrano, premio Cervantes 1988 https://www.rtve.es/rtve/20141021/discurso-maria-zambrano-premio-cervantes-1988/1033544.shtml

Cantar del Alma / San Juan de la Cruz / Federico Mompou / Marisa Martins y Mac McClure
Cervantes

Deja un comentario

Your email address will not be published.