GUADALAJARA

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El deseo ha de deshacernos las trenzas.

Quiero compartirles una reflexión final sobre el deseo y sirva ésta, con sus aportaciones, como un enriquecimiento del trayecto de nuestro seminario, agradeciendo a Nacho su convocatoria. Hablar de la naturaleza del deseo es meterse en un laberinto sin salida. De ahí que la pregunta ¿se puede vivir sin deseo? provoque desazón, desconcierto y duda.

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